Por: Drewby Maguire
Traducción: Ari
Imagen: Mandy
Me pareció interesante (y algo rara) esta analogía que compara la graduación, que para unos ya está muy cerca, con Los Juegos del Hambre.
La repartición de diplomas es nuestra cosecha
Nos vestimos con nuestras ropas más finas de Domingo (o el equivalente para nosotros los paganos) y alientan los planes de la administración con nuestra presentación. Los altavoces nos llaman a caminar en fila. Nuestra procesión es predeterminada y practicada, tan robótica como el Día de la Cosecha, sin embargo, impregnada con nuestro afán obligado. Nuestros padres nos observan y entienden muy bien lo que estamos por experimentar, están sentados con una mezcla de emoción y pavor. De cualquier manera, nuestras camas están listas por si algún día regresamos a casa.
Los discursos son los mismos
Las palabras del maestro de ceremonia y de la repartición de diplomas todas básicamente concluyen con "Y que la suerte siempre esté a su favor."
Somos alimentados como si fuéramos a competir en los Juegos
Si recientemente te has graduado, puede ser que todavía estés digiriendo toda la inmensa cantidad de comida de 5 estrellas que se te ha proveído en los últimos días. Ya no quedan nuestros días de cazar para obtener nuestro alimento (en los traicioneros comedores escolares o universitarios), en su lugar, por un instante, somos consentidos con la mejor comida antes de entrar en un mundo lleno de comida precocida.
El mundo real es nuestra Arena
Puede lucir como el mundo regular de los Distritos, pero desde que entras al mundo laboral, es un mundo en donde un perro mata a un perro (o una rastrevíspula a una rastrevíspula), un mundo en donde constantemente hay que competir para mantenernos en la cima. Nos vestimos en nuestros mejores trajes profesionales al mejor estilo de Cinna, y llegamos a la Arena con nuestras mejores armas: currículos y portafolios. La Cornucopia podría tener la carrera ideal o la promoción buscada, pero igual es una bomba de tiempo llena de obstáculos imprevistos.
Los Luchadores Expertos aún existen
Inevitablemente hay dos clases de graduados. Algunos toman el proceso con mucha emoción, arrogantemente confiados de sus habilidades para conquistar sus carreras futuras y prosperar con mucho éxito. Estos individuos tienden a ser los futuros banqueros inversores y consultores, criados para llegar a la cima.
También están los idealistas, la gran cantidad de tributos que no saben que hacer y están ansiosos esperando conocer su incierto futuro. A todos nos gustaría pensar que seríamos los próximos Katniss y Peeta del mundo, atractivos, atléticos, idealistas y capaces de hacer la diferencia. Pero algunos de nosotros caeremos como Rue ante las exigencias del mundo.
Siempre hay alguien que desafía el sistema
Al final, todos tendremos que vivir una especie de Juegos del Hambre, quitando la parte violenta, pero manteniendo la esencia de la historia: la supervivencia, la vida misma, la cual debemos manejar con determinación.
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